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10 actividades baratas para ser felices en familia

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Una tarde en pijamas viendo el Señor de los anillos el día después de navidad no tiene nada de lujoso y hasta quizá no sería tu foto preferida para subir a instagram pero la verdad es que son de esos placeres que uno disfruta y reconforta tanto en medio de los días rutinarios llenos de cosas por hacer.

Y no podemos negar que las mejores cosas de la vida son gratis, o al menos más baratas de los que nosotros pensamos. A continuación te compartimos una lista de 10 ejemplos de que disfrutar de los placeres de la vida no tiene por qué costarnos tanto.

1. Saca los juegos de mesa

Vivimos en una era inagotable de juegos electrónicos, y la verdad es que muchas veces salimos con tecnología en lugar de personas, si los niños están haciendo mucha bulla siempre hay un televisor esperándolos, si estamos en una reunión donde no conocemos a muchas personas siempre habrá un celular listo para sacarnos del lugar. Sin embargo, los juegos de mesa siguen siendo populares para un sector y disfrutarlos en familia siempre será una excelente opción. Puedes intentar tener un día a la semana de juegos de mesa y ambientar la casa con la temática del juego, puedes invitar a toda la familia y hasta puedes hacer bocadillos temáticos.
Tener momentos como estos crea recuerdos comunes, fortalecen los lazos, nos ayuda a trabajar en equipo, enseña a establecer estrategias y enseña sobretodo que los pequeños placeres también pueden ser muy divertidos y baratos.

2. Fiesta de la cocina

Invita a tus amigos o familiares a una noche de cocina. Las reglas son sencillas. Cada uno debe de traer un ingrediente para preparar algo rápido, pueden ser mermeladas, ketchup casero, sopas, tallarines, lo que sea. Lo bonito es la diversidad y disfrutar de una noche llena de comida casera con las mejores compañías.

3. Noche de tele

Organizarse en familia para ver televisión puede parecerte de los años 80s pero si lo piensas mejor, con todo el tema de la popularidad de netflix y las series tenemos la excusa perfecta para sentarnos en familia a ver la tele. Puedes agregarlo a tu calendario semanal y ver pocos episodios por día, la idea es volverse a juntar la semana que viene y esperar con ilusión esta noche. Así que refrénate del atracón de ver toda la temporada de esa serie en una sola noche y disfruta en familia cada semana con algún programa o serie.

4. Diseña una minibiblioteca

Una forma económica y sostenible de hacer los espacios comunes del edificio o barrio donde vives es hacer una pequeña biblioteca. Busca una mesa compacta, pon algunos libros que ya han leído y pasa unas tardes mucho más divertidas en familia. De seguro a los más pequeños de la casa les gustará. La idea es seguir el principio de dejar un libro cada vez que alguien se lleve uno, y así tendrás una nueva colección por descubrir. Esto también fomenta una interacción entre los vecinos del edificio o del barrio.

5. Enciende una fogata

El fuego sin duda une, está el hecho de que no hay necesidad de mantener animada la conversación gracias al sonido de las llamas y la lena. Un momento sin mucho más que termina siendo realmente el inicio de malvaviscos calentándose, conversaciones sobre la semana o los sueños, abrazos, colchas para terminar de calentar la noche. La verdad es que pequeños momentos como estos alegran nuestro corazón y animan en medio de cualquier situación.

6. Cine al aire libre

Muchas ciudades ofrecen proyecciones de películas al aire libre durante el verano. Esta puede ser una gran oportunidad para disfrutar en familia, pueden llevar algo de comer, o hasta colchas para el viento de las noches de verano. Sigue los lugares que hacen estas actividades al aire libre para que no te pierdas de una noche de cine gratis a la luz de la luna y en compañía de los que más quieres.

7. Fiesta del intercambio

¿Te acuerdas de esa lámpara que llevas años diciendo que la venderás por eBay? ¿Qué mejor manera de deshacerte de ellas que cambiarlas por algo que te hace falta, y de paso disfrutar de una gran noche? Invita a tus amigos y familiares a una fiesta del intercambio. Las reglas son sencillas. Cada uno lleva algo que use pero que puede ser útil a otra persona. Llena de tu hogar de geniales recuerdos, tus hijos aprenderán la importancia de convivir, de abrir la puerta de su hogar y también de ser amigables con el medio ambiente y el bolsillo.

8. Acampa dentro de casa

Hay algo en acampar que resulta tan divertido, quizá la idea de tener un espacio para ti o la serenidad de dormir con la bolsa de dormir. Por las labores del día a día muchas veces no hay el tiempo para salir al campo y hacerlo, así que puedes intentar acampar dentro de casa. Prepara una noche para acampar con los niños, prepara algunos malvaviscos, unos piqueos, algunos cuentos,, y sus bolsas de dormir, verás que no necesitas más para divertirte.

9. Tarde de bicicletas

No hay mucho que decir sobre montan en bicicleta, es gratis y divertido. Puedes adherir canastas a tus bicicletas y llevar algunos piqueos para compartir en diferentes paradas de los parques.

10. Jugar

Algunas actividades anteriores como los juegos de mesa o las bicicletas entran en esta categoría, pero si nos ponemos a reflexionar de pequeños nos encantaba jugar, pero por alguna razón, los dejamos de lado al ser adultos. ¿Se supone que los adultos no juegan? Se supone que los adultos deban estresarse, tener preocupaciones y estar demasiado ocupados con los problemas de la vida. Sin embargo, según un estudio realizado por la Universidad de Princeton, somos más felices cuando participamos en actividades de ocio estimulantes.
Uno de los problemas de la edad adulta es que nos centramos en los resultados de una actividad. Trabajamos o hacemos algo para ganar dinero. Vamos al gimnasio para bajar de peso. Pasamos tiempo con gente para hacer networking y progresar en nuestra carreras.
Empieza a tener más tiempos de recreación ya sea con los más pequeños de la casa, en pareja o con los amigos. No es necesario tanto dinero para jugar.


Artículo adaptado de Diez actividades Hygge baratas del libro Hyggie, la felicidad en las pequeñas cosas de Meik Wiking del Instituto de Investigación sobre la Felicidad.